• Una imagen capturada de un vídeo publicado por un grupo de hackers turco en la cuenta de Twitter de Dore Gold, 20 de enero de 2018.
Publicada: domingo, 21 de enero de 2018 2:29
Actualizada: domingo, 21 de enero de 2018 3:17

Un grupo de hackers turco atacó el sábado la cuenta de un exfuncionario israelí en la red social de Twitter y publicó unos mensajes que repudian la decisión de Estados Unidos de reconocer la ciudad palestina de Al-Quds (Jerusalén) como “capital” de Israel.

De acuerdo con el periódico digital Times of Israel, fue hackeada la cuenta de Dore Gold, quien ha desempeñado varias posiciones oficiales en el régimen israelí, entre ellos de asesor del primer ministro, Benyamin Netanyahu; embajador israelí ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y director general del ministerio de asuntos exteriores.

De igual modo, precisa que el grupo de piratas informáticos, autodenominado “Turkish cyber army Ayyildiz Tim” (ejército cibernético turco Ayyildiz Tim), se ha atribuido la autoría del referido ataque en la red.

“¡Jerusalén no puede ser la capital de Israel! Debido a que Jerusalén es sagrado para los musulmanes y es la tierra de Palestina”, escribió el grupo en un tuit en rechazo a la decisión de EE.UU., sobre Al-Quds, comunicada el 6 de diciembre por presidente Donald Trump.

¡Jerusalén no puede ser la capital de Israel! Debido a que Jerusalén es sagrado para los musulmanes y es la tierra de Palestina”, escribió el grupo turco, autodenominado “Turkish cyber army Ayyildiz Tim”, en la cuenta de Twitter de Dore Gold.

 

En otro mensaje, Turkish cyber army Ayyildiz Tim destacó que “los turcos nunca olvidarán, ni lo que se hace ni lo que está mal”.

Poco después, el exfuncionario israelí consiguió controlar su cuenta, borrando los mensajes del grupo turco y emitiendo otro, en el cual asevera su determinación de seguir hablando de la medida norteamericana sobre Al-Quds.

Mientras Washington y Tel Aviv insisten en implementar este plan, así como en trasladar la embajada estadounidense a Al-Quds, muchos organismos internacionales y países, incluidos los aliados occidentales de EE.UU., han rechazado la medida, tachándola de una violación de resoluciones de la ONU.

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