El agente de policía, Yasin Salahedín Mohamed fue sentenciado el jueves a 15 años de cárcel por el asesinato de la activista Shaima al-Sabbagh durante un acto para conmemorar el cuarto aniversario del levantamiento popular contra el exdictador del país árabe Hosni Mubarak en 2011.
La sentencia contra el asesino de Al-Sabbagh podría hacer justicia, pero en el pasado, varias condenas contra policías fueron revocadas tras los recursos, lo que significa que no se han rendido cuentas por los asesinatos de manifestantes", precisa una directora de HRW.
Mohamed había pasado a disposición judicial el 17 de marzo para ser procesado en un tribunal penal egipcio por la muerte de Al-Sabbagh.
Al-Sabbagh murió tras recibir el impacto de varios perdigones, disparados por el mencionado agente, cuando se dirigía en una marcha hacia la céntrica plaza Al-Tahrir a depositar flores en memoria de los caídos en 2011 durante el levantamiento popular egipcio.
El Observatorio de Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en ingles) ha reconocido este viernes la importancia de que un tribunal egipcio haya condenado a un policía por haber matado a una activista, aunque ha manifestado su desconfianza con respecto al fallo final, ya que aún cabe recurso ante el Tribunal de Casación.

"La sentencia contra el asesino de Al-Sabbagh podría hacer justicia, pero en el pasado, varias condenas contra policías fueron revocadas tras los recursos, lo que significa que no se han rendido cuentas por los asesinatos de manifestantes", ha precisado la directora de HRW para Oriente Medio y el Norte de África, Sarah Leah Whitson en un comunicado.
Procesar a un agente de bajo rango es importante, ha proseguido, pero eso no oculta la implacable persecución del Gobierno contra aquellos que critican de forma pacífica, incluidos los testigos de los crímenes del Ejecutivo.
El pasado 1 de febrero, HRW había culpado a la policía egipcia de la muerte de Al-Sabbagh, ya que todas las pruebas de que disponía, entre fotografías, vídeos y declaraciones de testigos, indicaban "de manera contundente" que un miembro de las fuerzas de seguridad era el responsable de la muerte de la activista.

El HRW ha denunciado en retiradas ocasiones el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía egipcia en respuesta a protestas pequeñas y pacíficas.
Tras la destitución del presidente Mohamad Mursi, el 3 de julio de 2013 por un golpe militar liderado por actual presidente y entonces jefe del Ejército, Abdel Fatah al-Sisi, Egipto ha sido escenario de continuas manifestaciones para demandar la reposición del derrocado dignatario; protestas en las que han muerto cientos de personas en medio de la represión policial.
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