“Pues claro que es un asesinato político. En Ucrania ahora es dificilísimo mantener tu punto de vista, no rendirte y expresarlo en público”.
“Pues claro que es un asesinato político”, declaró el miércoles a la cadena rusa Lifenews el presidente del autoproclamado Parlamento independentista de la Nueva Rusia, en el este ucraniano, Oleg Tsarov. “En Ucrania ahora es dificilísimo mantener tu punto de vista, no rendirte y expresarlo en público”, añadió.
El Ministerio ucraniano del Interior informó de que Kalashnikov, de 52 años, fue hallado la noche del miércoles (hora local), y de que su muerte fue “causada por un disparo de arma de fuego”. El jefe de Investigaciones Criminales del país, Vasili Paskal, se ha hecho cargo de las pesquisas.

Distintas fuentes ucranianas vinculan el asesinato a la participación del exdiputado en el movimiento contra las revueltas del Maidán que derrocaron en febrero del año pasado a Yanukóvich, después del fracaso de la negociación de un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE) en noviembre.
Una serie de suicidios extraños de exregionalistas y ahora el asesinato de Kalashnikov, plantean cuestiones a las autoridades policiales. Espero que las respuestas lleguen a la sociedad ucraniana”
“Una serie de suicidios extraños de exregionalistas —miembros del Partido de las Regiones—, y ahora el asesinato de Kalashnikov, plantean cuestiones a las autoridades policiales. Espero que las respuestas lleguen a la sociedad ucraniana”, ha declarado el diputado Borislav Bereza, exportavoz del partido nacionalista Sector Derecho.

Kalashnikov estaba siendo objeto de amenazas de violencia física, reportan medios ucranianos citados por la cadena rusa RT, por sus llamamientos a la movilización popular para celebrar el septuagésimo aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.
En las semanas previas, se ha producido una serie de suicidios extraños y muertes sospechosas entre responsables de la Administración de Yanukóvich y políticos de la corriente refractaria a la dominación occidental de Ucrania.
El 14 de marzo, el veterano fiscal Serguei Melnichuk cayó de una ventana desde un piso noveno en la ciudad portuaria de Odesa, en el sur ucraniano.
Dos días antes, se había encontrado muerto al exgobernador de Zaporiyia (centro-sur) Oleksandr Peklushenko con una herida de arma de fuego en el cuello. Su muerte se está investigando como suicidio.
El 9 de marzo, murió de un disparo de arma de fuego en su cuarto de baño el antiguo miembro del Partido de las Regiones Stanislav Melnik. Su muerte está siendo tratada como un suicidio.
El 28 de febrero, el antiguo miembro del Partido de las Regiones Mijail Chechetov saltó desde una ventana también desde su apartamento en un piso 17 en Kiev, tras dejar una nota diciendo que se suicidaba.
El mismo 26 de febrero, el jefe adjunto de la Policía de Melitópol, en Zaporiyia, Aleksandr Bordiuga, fue encontrado muerto en su garaje.
Un día antes habían hallado muerto, ahorcado y sin nota explicativa, al alcalde de Melitópol, Serhi Valter, que iba a ser juzgado horas después —y cuyo abogado era Bordiuga—.
El 29 de enero se encontró ahorcado al antiguo presidente de la región nororiental de Járkov Aleksei Kolesnik.
Además, el hijo pequeño de Yanukóvich murió a finales de marzo en Rusia, en un aparente accidente al volante de un minibús.
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