En un artículo publicado este martes, el diario ha considerado a estos dos países como dos antiguos rivales que siempre han luchando para demostrar su supremacía en la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP).
La nota ha destacado que pese a los intentos del Gobierno saudí por congelar la producción de crudo a fin de limitar las exportaciones del país persa, Irán ha logrado neutralizar este complot en la última cumbre de la OPEP en Viena (Austria).
En esa reunión, celebrada el pasado jueves, los miembros de la OPEP no lograron llegar a un acuerdo para poner límites a la producción de crudo como así lo reclamaban varios países para intentar estabilizar los precios.
Irán, que está recuperando su cuota de producción al nivel del periodo anterior a las sanciones, había acordado anteriormente discutir el plan de congelación tras llegar a su producción deseada. Sin embargo, en la referida reunión, Irán se negó a adherirse a cualquier límite máximo de producción, lo que llevó a la OPEP a abandonar la idea.
El ministro iraní de Petróleo, Biyan Namdar Zangane, reafirmó que Irán no va a reducir la producción de petróleo, independientemente de la decisión que tomen los demás países de la OPEP.
De acuerdo con el diario británico, aunque Arabia Saudí cuenta con grandes reservas, su economía se verá cada vez más debilitada, ya que depende mucho del petróleo. No obstante, la economía iraní, resalta la publicación, está en mejores condiciones para resistir los precios del petróleo debido a que su economía está más diversificada y tiene una población educada y trabajadora.
En febrero, representantes de Arabia Saudí, Catar, Rusia y Venezuela se reunieron en Doha (capital de Catar) y manifestaron su disposición a congelar la producción de este año al nivel de enero, si otros países se sumaban a la iniciativa.
Arabia Saudí, por su parte, anunció que congelaría sus niveles de producción de petróleo solo si Irán y otros grandes productores hacían lo mismo.
Irán, que tuvo que reducir tanto su producción como exportación petrolífera por las sanciones en 2012, decidió elevar regularmente su producción a 2 millones de barriles por día (bpd) en un plazo de seis meses tras el levantamiento de dichos embargos el pasado 16 de enero. Lo que busca Teherán es la recuperación de su posición como segundo mayor productor de la OPEP.
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