En un discurso el martes con motivo de los 199 años de la independencia de Centroamérica, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, comparó “las prácticas terroristas” perpetradas por la oposición de su país en 2018 con los hechos similares cometidos en este país centroamericano a mediados del siglo XIX por “el yanqui invasor” William Walker, un ciudadano estadounidense que asumió la Presidencia de Nicaragua y pretendió apoderarse del país.
“Como Walker había incendiado (en 1856 la ciudad de) Granada, querían incendiar Nicaragua, e incendiaron, estos asesinos, incendiaron Escuelas, Puestos de Salud, Medios de Comunicación… ¡Sí, los incendiaron!”, denunció Ortega.
El mandatario nicaragüense aseguró que desde la derecha opositora “quieren repetir la historia y se sienten poderosos porque tienen el espíritu de servidumbre frente al yanqui”, y orgullosos cuando van a Washington (capital estadounidense) a pedir sanciones contra Nicaragua.
Ortega acusó a EE.UU., de ser “el yanqui”, que enseña a la oposición cómo unirse para “derrocar al Gobierno Sandinista” en las elecciones generales que se celebrarán en noviembre de 2021.
Mientras tanto, el jefe de Estado manifestó que los “elementos terroristas”, protagonistas del intento de golpe de Estado del 2018, “se sienten intocables” porque el Gobierno les concedió un indulto en junio del 2019, pero, les advirtió que ya no habrá otra amnistía, porque “el pueblo pedirá cuentas”.
Tras realizar un recuento histórico del significado de una independencia regional con limitaciones lograda en 1821, Ortega concluyó ratificando su disposición de avanzar hacia la unidad centroamericana, así como en la latinoamericana y caribeña para derrotar como antes a la invasión yanqui y enfrentar sus complots.
Señaló también el camino en la unidad revolucionaria dentro de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), con los heroicos pueblos de Cuba y Venezuela, y sus líderes históricos y actuales.
Las autoridades nicaragüenses acusan a la oposición de ejercer el “terrorismo golpista”, con el apoyo financiero de los Estados Unidos, para incitar a la inestabilidad en el país y sacar del poder a Ortega.
Diferentes autoridades estadounidenses, incluso el propio presidente Donald Trump, han admitido públicamente que están trabajado para cambios de gobierno en ciertos países latinoamericanos que tienen Ejecutivos soberanos e independientes, como son los casos de Nicaragua, Venezuela y Cuba.
tmv/lvs/rba/hnb