“Que se escuche bien (...) Evo fue víctima de un golpe de Estado. Y desde México para el mundo, sostenemos: democracia sí, militarismo no”, ha enfatizado el mandatario mexicano durante el discurso pronunciado este domingo con motivo de su primer año de Gobierno.
En su discurso ante decenas de miles de sus seguidores en el Zócalo (plaza central) de Ciudad de México (capital), el gobernante mexicano se ha referido a Morales como un “hermano” que “representa con dignidad al pueblo mayoritariamente indígena de Bolivia”.
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AMLO (como se conoce al presidente mexicano por las iniciales de su nombre) ha remarcado también que el Gobierno de México ofrece cooperación, amistad y respeto a todas las naciones del mundo y particularmente a los “países hermanos” de América Latina y el Caribe.
“Con apego a nuestra ejemplar tradición de ofrecer refugio a perseguidos políticos del mundo, decidimos otorgar asilo humanitario y político al Presidente de Bolivia, Evo Morales y a su Vicepresidente, Álvaro García Linera”, ha justificado López Obrador.
Que se escuche bien (...) Evo (Morales, presidente destituido de Bolivia,) fue víctima de un golpe de Estado. Y desde México para el mundo, sostenemos: democracia sí, militarismo no”, ha enfatizado el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
El 24 de noviembre, López Obrador aludió al caso de Morales, aunque no manifestó una postura tan clara y directa como en su discurso de este domingo. “Esto lo hacemos por convicción, pero también lo hacemos para que no se use la fuerza para destituir a una autoridad legal y legítimamente constituida”, manifestó entonces López Obrador.
El 10 de noviembre, Morales había anunciado la repetición de las elecciones presidenciales después de que la Organización de Estados Americanos (OEA) diera a conocer irregularidades en los comicios del 20 de octubre pasado en los que fue reelegido para un cuarto mandato. Sin embargo, tras su anuncio y ante presiones de policías y militares, el presidente boliviano anunció su renuncia a la Presidencia, tras casi 14 años en el poder, por la paz en su país, donde sus correligionarios eran blanco de violencia.
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De inmediato, el canciller de México, Marcelo Ebrard, ofreció asilo a Morales y este viajó el 12 de noviembre al país azteca, desde donde, seguirá la lucha, conforme anunció el gobernante exiliado.
La medida de México respecto a Morales ha provocado roces diplomáticos con el gobierno de facto instalado en Bolivia por la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez, que criticó a la Administración de López Obrador por permitirle a Morales realizar comentarios que, a su juicio, evidencian “actividad conspirativa”.
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