El ataque también ha sido condenado tanto dentro como fuera del país árabe. Denuncian la agresión como una violación de la soberanía iraquí y una muestra flagrante del terrorismo.
Los ataques de Estados Unidos contra las posiciones de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) —que forman parte de las Fuerzas Armadas iraquíes— y Siria, que dejaron al menos 25 muertos y decenas de heridos, reciben una oleada de críticas.
Desde el presidente iraquí, Barham Salih, que tildó la ofensiva de “inaceptable y dañina” para el país, hasta el máximo clérigo chií de Irak, el ayatolá Seyed Ali Sistani, que condenó la interferencia y las agresiones de EE.UU. en el país árabe.
A su vez, la propia fuerza popular Al-Hashad Al-Shabi, que forma parte de las Fuerzas Armadas iraquíes, advirtió de una fuerte respuesta contra las tropas estadounidenses. Mientras, unos cien parlamentarios iraquíes han pedido una discusión respecto a estos ataques.
Desde fuera de las fronteras del país árabe, la Cancillería de Irán tachó la agresión estadounidense de una muestra flagrante de terrorismo, y pidió a Washington respetar la soberanía e integridad territorial de los países y dejar de entrometerse en los asuntos internos de Irak.
Los ataques aéreos nocturnos de Estados Unidos han sido condenados también por el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá). El movimiento libanés denunció el apoyo de Washington al terrorismo en el territorio iraquí, y afirmó que ese ataque se considera una violación flagrante de la soberanía, seguridad y estabilidad de Irak.
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