“El Gobierno de Bagdad no va aceptar el resultado del referéndum kurdo y adoptará severas medidas contra los responsables de tal plebiscito”, ha asegurado Al-Abadi en una declaración televisiva.
Este lunes, la región semiautónoma del Kurdistán iraquí celebró un referéndum independentista, marcado por la tensión entre Bagdad e Erbil, la capital kurda.
5,3 millones de kurdos fueron llamados a las urnas para ejercer su sufragio en las cuatro provincias kurdas de Dohuk, Erbil, Suleimaniya y Halabya así como en los territorios en disputas, Kirkuk, Diyala y Nínive, según datos oficiales.
El Gobierno de Bagdad no va aceptar el resultado del referéndum kurdo, y adoptará severas medidas contra los responsables de tal plebiscito”, ha asegurado el premier iraquí, Haidar al-Abadi.
En otra parte de sus declaraciones, el primer ministro iraquí ha afirmado que el control de las zonas en disputa debe volver al Gobierno, ya que en estas zonas milicias kurdas están perpetrando todo tipo de crímenes contra los civiles iraquíes.
El referéndum separatista ha elevado la tensión entre Bagdad y la región semiautónoma del Kurdistán; además, los países fronterizos han expresado su rotundo rechazo a esta consulta, al igual que la comunidad internacional que ve la votación como una nueva fuente de inestabilidad del Oriente Medio.
El Parlamento iraquí pidió este lunes al primer ministro, Haidar al-Abadi, el despliegue de fuerzas de seguridad en las zonas disputadas con el Kurdistán, así como el cierre de los pasos terrestres.
A su vez, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, amenazó con bloquear las exportaciones de petróleo, vitales para la región del Kurdistán iraquí.
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