Histórica ha sido la sentencia condenatoria en contra de tres ex integrantes de las patrullas de autodefensa civil en Guatemala cuyas acusaciones tienen que ver con vejámenes sexuales cometidos en contra de mujeres de la etnia Maya Achí durante el conflicto armado interno, principalmente en los años 80, los tres fueron condenados a 40 años de prisión por lo que no volverán a ver la luz en libertad.
La sentencia es la culminación de años de lucha porque las violaciones en contra de las mujeres de la etnia Achí no quedara en la impunidad, durante el proceso una jueza incluso dejó en libertad a los acusados, pero la tenacidad de las agraviadas llevo a buen puerto el juicio.
El tribunal en su argumentación de la sentencia mencionó los tratados internacionales firmados por Guatemala en materia de derechos humanos, las juzgadoras fueron enfáticas en todo el daño que se les causó a las mujeres y sus familias.
La sentencia no solo representa un enorme triunfo para las mujeres indígenas que fueron abusadas durante el conflicto armado interno, sino sienta un precedente para que los hechos no se vuelvan a repetir.
La sentencia es un pequeño aliciente en un océano de crímenes cometidos por el ejército de Guatemala durante el conflicto armado interno, en adelante el estado deberá reparar a las víctimas como una forma básica de retribuirles el dolor y la vergüenza que acumularon durante décadas y que lograron vencer para presentarse ante un tribunal y señalar a sus verdugos.
Miguel Salay, Ciudad de Guatemala
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