“(Este año) hemos vivido grandes divisiones y una ira creciente”, ha recordado este lunes Macron, refiriéndose a las protestas que recorren el país europeo desde el pasado 17 de noviembre.
En su discurso televisivo con motivo del Año Nuevo, el mandatario francés ha indicado —sin nombrar a los “chalecos amarillos”— que la referida ira está dirigida contra la “injusticia” y “un sistema administrativo cada vez más complejo”.
No obstante, Macron ha insistido en llevar a la práctica sus reformas en 2019, destacando que no se pueden cancelar por “impaciencia”: “Los resultados (de las reformas económicas) no pueden ser inmediatos y la impaciencia, que comparto, no puede justificar que se renuncie a ellas”.
Los resultados (de las reformas económicas) no pueden ser inmediatos y la impaciencia, que comparto, no puede justificar que se renuncie a ellas”, ha dicho el presidente de Francia, Emmanuel Macron, al defender sus planes de reforma, que han provocado protestas masivas en su país.
Además, el jefe de Estado ha expresado su deseo de superar los problemas de 2018 y construir un futuro mejor en 2019. “Dejemos de menospreciarnos o de creer que Francia es un país donde la solidaridad no existe”, ha dicho.
Durante su alocución, los “chalecos amarillos” seguían con sus protestas contra ciertas reformas del Ejecutivo en el sector educativo, el transporte ferroviario, los impuestos (para elevarlos), etc.
En París (la capital del país) se han desplegado unos 12 000 policías para asegurar el orden ante una nueva protesta convocada.
Desde el inicio de las marchas, fuertes choques entre policías y manifestantes han dejado 10 muertos, centenares de heridos y muchos detenidos.
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