Miles de personas manifestaron en Paris, la capital de Francia, y otras ciudades, para denunciar la inacción de los poderes públicos ante la creciente violencia contra las mujeres, en una nación en la que anualmente, 225 mil mujeres sufren algún tipo de maltrato.
Los manifestantes exigieron una ley para poner fin a la impunidad de cualquier tipo de agresión motivada por cuestiones de género.
Denunciaron que el Gobierno de Macron no ha llevado a cabo ninguna reforma de fondo para proteger a las mujeres. Las asociaciones reclaman un presupuesto público para luchar contra la violencia de género.
La organización pro derechos de las mujeres, Nosotras Todas, alerta que en el país anualmente 93 mil mujeres son víctimas de violaciones o intentos de este crimen, con nueve de cada 10 de ellas que conocen al agresor.
Mientras tanto, y de forma paralela, los chalecos amarillos han protestado en el cuarto aniversario del inicio del movimiento. La policía se enfrentó con los manifestantes usando gases lacrimógenos.
La movilización de los chalecos amarillos denuncia las políticas económicas del presidente Macron, el alto precio del combustible y el costo de vida, la justicia social, el gasto público y exigen reivindicaciones ecológicas.
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