En Dublín, capital de Irlanda, los adornos navideños esconden tras sí una profunda crisis de vivienda que hace empobrecer a los inquilinos y está llevando a familias enteras a vivir en las calles. Los alquileres intermedios de una casa decente rozan ahora los 2000 euros al mes, y lo peor de todo es que no hay viviendas suficientes en la ciudad.
Este espacio (en el video), una habitación única de 30 metros cuadrados, cuesta 850 euros al mes y es compartido por tres inquilinos.
Una tormenta social, según los expertos, que está causando estragos en diferentes estratos de la sociedad irlandesa.
Una gran parte de la problemática es que la falta de vivienda se ve agudizada por los alquileres a corto plazo, promovidos por empresas online a favor del turismo.
Los ciudadanos, hartos de la falta de iniciativas ante la crisis, se han manifestado en numerosas ocasiones.
Los furiosos manifestantes incluso invadieron la sede del Gobierno irlandés para llevar su protesta directamente a la más alta esfera política. El Ejecutivo ha prometido cambios para el año próximo.
Dublín justifica que, en una crisis donde, semanalmente, 4000 adultos necesitan hospedaje de emergencia, asegurarse de que todos tengan un lugar al que llamar “hogar” es cada vez más difícil.
Los manifestantes, sin embargo acusan a los gobernantes de favorecer a los terratenientes y propietarios mayoristas de viviendas.
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