Dos veces en una misma semana y no será la última. Si el pasado lunes desfilaron por el juzgado la presidenta del Parlamento, Carme Forcadell, y la secretaria de la Mesa, Anna Simó, ahora ha tocado el turno del vicepresidente y a la secretaria cuarta.
Todos están siendo investigados por desobediencia y prevaricación por consentir la aprobación de resoluciones sobre el referéndum y por eso han apelado a la libertad de expresión a su condición de inviolables.
El grueso del soberanismo ha acompañado a los acusados y el Gobierno catalán ha denunciado el asedio judicial contra su causa, semanas antes de presentar su última oferta de acuerdo previa a optar por la vía unilateral.
La afluencia de gente, aunque menor que en otras ocasiones, justamente por la voluntad de movilización constante, ha gritado contra una justicia española que no ven legitima.
La sociedad civil independentista ya ha puesto en marcha una caja solidaria para que el pueblo pueda sufragar las multas contra los políticos condenados por el proceso. Lo han hecho, en previsión de las causas ya abiertas y las que están por venir.
Por ahora, los próximos días pasará por el Tribunal, el representante no independentista, pero sí favorable al referéndum, Joan Josep Nuet, perteneciente al espacio de los comunes.
Oriol Puig, Barcelona.
xsh/hnb
