Según los datos anunciados este martes por el secretario británico de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, en total se han contabilizado 32 313 fallecidos en el país.
Inicialmente solo ofrecían datos de pacientes muertos en hospitales, pero desde hace días también incluyen en su balance a los fallecidos en residencias de ancianos y otros centros.
Esta cifra es más elevada que la que maneja el Ejecutivo conservador: hoy ha informado de un balance de muertes de 29 427 desde que empezó la pandemia –tras un incremento de 693 en 24 horas–, superior en todo caso al total de Italia, hasta ahora el país más afectado, que suma 29 315 decesos.
Preguntado por estos datos, con el número de fallecidos más elevado de Europa, Raab se ha mostrado partidario de no hacer comparaciones entre países. Estamos ante una “tragedia enorme”, ha respondido.
Un portavoz del primer ministro Boris Johnson, que padeció la Covid-19, ha recordado que el país “ha superado el pico de la pandemia”, pero aún está “en fase de riesgo”, y solamente suavizará el confinamiento “cuando lo aconsejen los expertos médicos”.
Ante las presiones de la oposición laborista, Johnson detallará esta semana su plan de desescalada, aunque ya ha advertido de que cualquier cambio será gradual.
Según estadísticas del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) uno de cada tres pacientes ingresados en el hospital con insuficiencia respiratoria por el nuevo coronavirus puede morir a los pocos días.
El Instituto de Salud Pública del Reino Unido (PHE, por sus siglas en inglés), en una reunión secreta de altos cargos, anunció en marzo que hasta el 80 % de la población británica contraería la COVID-19 en los próximos 12 meses, y hasta el 15 % (7,9 millones de personas) podría requerir hospitalización.
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