La premier británica, Theresa May, quien vive su momento de mayor debilidad después de que su acuerdo para el Brexit fuera rechazado tres veces en el Parlamento, afirmó que ya ha llegado el momento de negociar el divorcio con los laboristas para poder convencer a Westminster. A su vez, los conservadores afirmaron que asegurar el Brexit es la prioridad.
Sin embargo, los laboristas siguen pidiendo una unión aduanera con la Unión Europea (UE) antes de la salida, punto que es una de las “líneas rojas” del Gobierno conservador de May. Así dicen que, hasta el momento, no había habido cambios reales al acuerdo de la premier.
Todo ello, mientras los brexiters, quienes defienden una separación radical del bloque, creen que Theresa May debería rendir cuentas por el retraso que ha hecho en el Brexit.
Solo a cinco días que se cumpla el más reciente plazo para el Brexit, el destino del divorcio está difuminado. El Reino Unido votó 52 a 48 por ciento en 2016 dejar la UE, pero el Parlamento, el Gabinete de May y el país siguen profundamente polarizados sobre los términos del divorcio.
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