El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, ha anunciado que Washington ha adaptado nuevas medidas de seguridad para hacer frente a “extremismo doméstico” por parte de grupos radicales en este país en el marco del primer aniversario del asalto al Congreso estadounidense por los simpatizantes del expresidente Donald Trump.
De hecho, el funcionario ha confirmado que Washington ha aplicado un mayor nivel de vigilancia, aumentando la presencia de agentes de seguridad y fortaleciendo su coordinación con el Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos y más unidades importantes del país norteamericano.
Por su parte, el jefe de policía del Capitolio, Tom Manger, también ha señalado que su departamento está monitoreando de cerca varios eventos entre ellos, los que buscan la “diseminación de inteligencia, la planificación operativa y la preparación de la unidad de disturbios civiles” con el fin de evitar otro ataque violento.
Asimismo, Manger ha revelado que su equipo de la operación de investigación identificó en 2021 alrededor de 9600 amenazas ante la seguridad nacional que consistían en llamadas telefónicas, correos electrónicos o mensajes en las redes sociales.
El pasado 6 de enero de 2021, una manifestación de partidarios de Trump se convirtió muy violento por lo que los manifestantes irrumpieron en el edificio del Capitolio de Estados Unidos para “capturar y asesinar a funcionarios electos” tras las elecciones presidenciales del 2020 del país.
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