Un grupo de defensa de los musulmanes estadounidenses afirma haber descubierto a un agente del FBI, conocidos normalmente como “topos”, en la dirección de una de sus filiales estatales, así como un "espía" en una mezquita de Estados Unidos que pasó información a un “grupo antimusulmán”.
Los dos impactantes incidentes fueron denunciados a principios de este mes por el Consejo de Relaciones Islámico-Americanas (CAIR, en inglés), desatando nuevas preocupaciones sobre el espionaje en la comunidad musulmana estadounidense.
“Los miembros de la comunidad se sorprendieron y entristecieron al conocer esta situación concreta, pero a mucha gente tampoco le sorprendió que un grupo de odio antimusulmán tuviera como objetivo el CAIR y lo espiara de esta manera”, declaró Whitney Siddiqi, directora de asuntos comunitarios del CAIR-Ohio.
Los musulmanes estadounidenses se han enfrentado a una mayor vigilancia y a políticas discriminatorias desde los acontecimientos del 11-S, y los delitos de odio y las actividades de espionaje han experimentado un alarmante aumento en los últimos años, en su mayoría con la participación activa de las autoridades policiales.
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