El brutal asesinato del afrodescendiente George Floyd a manos de un policía estadounidense en la ciudad de Mineápolis, en el estado de Minnesota (norte), ha desatado una ola de protestas en todo EE.UU., ahora contagiadas a otros países: exigen justicia para Floyd y el fin de la violencia de la Policía estadounidense.
El domingo, en Washington, la policía lanzó gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y aerosol de pimienta para dispersar a la multitud que se congregaba otro día más cerca de la Casa Blanca en una jornada de manifestaciones en la que los indignados ignoraron el toque de queda ordenado el sábado.
Los manifestantes, otra vez reunidos en el Parque Lafayette, frente a la Casa Blanca, respondieron a la brutal represión policial con grandes incendios y daños a la propiedad pública.
El sábado, el presidente de EE.UU., Donald Trump, tras escribir en un tuit que los manifestantes no habían conseguido acercarse a la Casa Blanca, dijo que, de haberlo conseguido, “habrían sido recibidos con los perros más crueles y las armas más siniestras que he visto nunca”.
Watch Live: Protests in Washington, D.C. over the death of George Floyd https://t.co/DoLCqULEEL
— Reuters (@Reuters) May 30, 2020
La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, debido a los disturbios, los peores desde 1968, cuando asesinaron al activista de los derechos civiles Martin Luther King, declaró el mismo domingo otro nuevo toque de queda a partir de las 11 de la noche (03.00 GMT) y hasta las 6 de la mañana (10.00 GMT) del lunes.
También ordenó la activación de la Guardia Nacional del Distrito de Columbia para que ayude a la Policía Metropolitana a evitar la alteración del orden público, en medio de la lucha por la defensa a los derechos humanos de los ciudadanos negros.
La violencia policial es la sexta causa de muerte entre los jóvenes afrodescendientes en EE.UU. Estos tienen, según un estudio de las universidades de Michigan, Rutgers y Washington, 2,5 veces más de posibilidades de morir a manos de la Policía que los blancos.
En medio de esta dramática realidad, el presidente de EE.UU., Donald Trump, insiste en que “criminales de extrema izquierda” están detrás de las protestas desatadas por el asesinato de Floyd.
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