Citando a personas familiarizadas con el asunto, el portal estadounidense reveló el miércoles que la Casa Blanca tiene previsto aplicar su estrategia a través de un sistema de poder compartido, lo que significa que intentarán persuadir a los miembros del Gobierno de Nicolás Maduro para que compartan temporalmente el poder con la oposición liderada por Juan Guaidó.
Estados Unidos siguió una estrategia similar el 30 de abril del año pasado, cuando Guaidó lanzó un golpe de Estado contra el Gobierno de Caracas y que contó con la ayuda de varios oficiales militares.
Pero, según Bloomberg, esta vez, algunos de los funcionarios esperan que con la aplicación de las nuevas sanciones financieras, esta estrategia resulte exitosa.
El año pasado, según algunos informes, Washington había llegado a un acuerdo con algunos miembros de la Administración de Maduro, pero la Casa Blanca afirmó que los funcionarios venezolanos incumplieron el mencionado acuerdo.
EE.UU. está abordando este acuerdo de reparto de poder después de transcurrido más de un año de la autoproclamación de Guaidó como ‘presidente interino’ de Venezuela sin haber logrado su objetivo de derrocar al mandatario venezolano.
El Ejecutivo de Donald Trump ha impuesto sanciones contra distintas entidades vinculadas al Gobierno de Maduro, además de restringir el comercio de petróleo y oro venezolanos.
El martes, Washington impuso sanciones a una filial de la petrolera estatal rusa Rosneft, acusando a esta última de ayudar a Venezuela a eludir las sanciones económicas. Sin embargo, el Gobierno ruso afirmó el miércoles que las sanciones estadounidenses a la empresa Rosneft Trading no influirán en las relaciones entre Caracas y Moscú.
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