El congresista Gerald Connolly afirmó el miércoles que las autoridades de Arabia Saudí han dicho “repetidamente” mentiras en el caso del periodista crítico saudí, ya sea sobre su salida del consulado del país árabe en (la ciudad turca de) Estambul o sobre su asesinato.
“Han mentido acerca de quién hizo esto y cómo lo hizo”, denunció en una reunión de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de EE.UU., en la que participó también el secretario del Departamento de Estado estadounidense, Mike Pompeo.
Connolly aseguró que Khashoggi fue un ciudadano saudí con carácter suave, un crítico moderado que respaldaba la modernización y reformas en Arabia Saudí.
El representante demócrata por Virginia presentó una imagen que mostraba a Pompeo junto al príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman, quien a su criterio cuando se sospecha que él mismo había orquestado el asesinato: “Esta foto fue tomada 14 días después del asesinato de Khashoggi, es muy cuestionable”, apostilló.
Connolly criticó la política exterior del presidente norteamericano, Donald Trump, sobre todo las relaciones entre Washington y Riad, que las tacha de “raras”.
Han mentido acerca de quién hizo esto y cómo lo hizo”, denunció el congresista Gerald Connolly en una reunión de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de EE.UU. sobre el rol que desempeñó el régimen saudí en el asesinato de Jamal Khashoggi.
Pompeo dejó en claro el pasado 13 de marzo que el Gobierno de Trump tratará con países extranjeros, sin importar qué tan pobre sea su historial de derechos, para promover los intereses nacionales.
El columnista de The Washington Post, crítico de la monarquía árabe, fue asesinado el pasado 2 de octubre en el consulado saudí en Estambul.
Hay muchos indicios de que el crimen se cometió por orden del príncipe heredero saudí. Además, un nuevo informe ha revelado que Bin Salman dijo en 2017 que usaría “una bala” contra Khashoggi, si este no dejaba de criticar a la monarquía.
Este escándalo que empañó la imagen del joven príncipe heredero, provocó una fuga de inversores extranjeros del país y empeoró el negro historial de derechos humanos de la nación árabe.
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