Connor es maestro de escuela. Hoy expone ante otros ciudadanos su indignación. Y es que mientras las escuelas estadounidenses carecen de materiales, Donald Trump se gasta cientos de millones de dólares en bombardear a otros países.
Substancial despilfarro y contradicciones casi risibles. Cuando Trump dijo que se mantendría al margen del conflicto sirio, todos le creyeron. Pero hoy tenemos otra narrativa.
La reciente aventura bélica del presidente, Donald Trump, viene a confirmar los temores, y es que Estados Unidos repite una vez más el rol de policía del mundo y todo esto a pesar de dos conflictos que superan las décadas. Billones o trillones de dólares después, las facturas se las pasan al ciudadano, quien paga las guerras a través de sus contribuciones fiscales.
De ahí que la doctrina de la “guerra permanente” sea el negocio más lucrativo para las corporaciones. Al fin y al cabo, no es ningún secreto que en el capitalismo, el valor de la vida humana, equivale a “cero”.
Marcelo Sánchez, Florida.
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