“(Las sanciones contra China) podrían llevar a una guerra comercial destructiva con graves consecuencias para el crecimiento económico de EE.UU. y la creación de empleo”, declaró Donohue a través de un comunicado.
Donohue lanzó tal advertencia en un momento en que la Casa Blanca está considerando si castigar al gigante asiático por haber este presuntamente presionado a las compañías estadounidenses para que transfieran sus conocimientos técnicos a las empresas chinas. En agosto la Administración de Trump dio inicio a una investigación al respecto.
La nota cita varios informes, según los cuales, Trump está considerando tarifas por valor de $ 30 mil millones al año. Donohue señaló que tal impuesto sobre las importaciones chinas eliminaría gran parte de los beneficios que las familias estadounidenses están recibiendo de los recortes de impuestos puestos en marcha en diciembre.
(Las sanciones contra China) podrían llevar a una guerra comercial destructiva con graves consecuencias para el crecimiento económico de EE.UU. y la creación de empleo”, dice el director de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, Thomas Donohue.
El 8 de marzo, Trump firmó la orden que impone una tarifa del 25% al acero y otra del 10% al aluminio procedente del exterior. El jefe de la Casa Blanca definió el objetivo de tal medida como frenar los abusos de países como China, si bien su decisión afectará muchos otros estados, varios de ellos en Europa.
El Gobierno de China, en reacción, denunció las tarifas impuestas por EE.UU. y aseguró que Washington “abusa” de las preocupaciones sobre seguridad nacional como una de las principales razones para implementar medidas proteccionistas.
El mandatario estadounidense se ha mostrado convencido de que las tarifas salvaguardarán los empleos en Estados Unidos, no obstante los economistas dicen que las medidas destruirán más empleos de los que crean y perjudicarán a las mismas compañías y trabajadores estadounidenses que Trump ha dicho que pretende proteger.
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