• Parte de la base estadounidense Ain al-Asad, en Irak, destruida en un ataque misilístico de Irán, 13 de enero de 2019. (Foto: AFP)
Publicada: jueves, 16 de enero de 2020 10:23
Actualizada: jueves, 16 de enero de 2020 11:23

Irán cegó los sistemas de vigilancia de EE.UU. en cuanto comenzó la masiva operación con misiles para destruir las bases del país norteamericano en Irak.

Poco después del ataque con misiles de Irán a la base de Ain al-Asad en Irak, las tropas estadounidenses perdieron todo contacto con su sistema de vigilancia área “ultrasofisticado y muy costoso”, precisa un informe publicado el miércoles por la agencia francesa AFP, citando a fuentes militares estadounidenses.

La citada base aérea, ocupada por fuerzas estadounidenses, recibió el 8 de enero un aluvión de misiles deCuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, en represalia por el ataque criminal de Washington que había matado cinco días antes al comandante de la Fuerza Quds, el teniente general Qasem Soleimani.

Costin Herwig, uno de los pilotos que se rotaron en el mando de los aviones no tripulados (drones), explica a AFP, que la mayoría de los 1500 soldados estadounidenses presentes en la base en cuestión estaba en situación de alerta, en espera de un ataque terrestre, por lo que se mantuvo la fuerza en el aire para frustrar cualquier ataque.

Los uniformados estadounidenses, sin embargo, fueron sorprendidos cuando un misil balístico persa impactó cerca la sala de operaciones de los pilotos de esta base, infligiendo graves daños en los sistemas que monitorean los aviones no tripulados.

De acuerdo con este informe, al momento de ataque contra este centro, estaban volando al menos siete aviones teledirigidos estadounidenses, incluidos los MQ-1C Gray Eagles, especializados en vigilancia aérea y cargados con cuatro misiles antitanques con guía láser Hellfire.

 

“No más de un minuto después del último misil, me dirigía a los búnkeres y vi que un incendio estaba quemando todos nuestros cables de fibra óptica, que son esenciales para controlar los drones”, según detalla otro militar estadounidense Wesley Kilpatrick.

A pesar de que EE.UU. había puesto en estado de máxima alerta los sistemas antiaéreos en sus bases en Irak tras el asesinato de Soleimani, la defensa antimisiles norteamericana no logró interceptar ni un misil iraní. Varias fuentes locales informaron que esta operación mató a decenas de militares estadounidenses.

Tras el ataque, el CGRI anunció que el principal objetivo de este ataque era destruir la maquinaria bélica, la comandancia del enemigo y sus equipamientos. Sin embargo, advirtió al “régimen opresor y hegemonista del gran satán” que cualquier otra agresión o movimiento recibiría una respuesta aún más dolorosa y aplastante.

Catalogado el aeródromo más importante de EE.UU. en el país árabe, la base de Ain Al-Asad sufrió severos daños. Fotos filtradas han mostrado nuevas dimensiones de las devastaciones causadas por la puntería de los proyectiles iraníes. Tal como se aprecia en imágenes satelitales del sitio militar, los blancos han sido rampas de helicópteros de ataque Apache, helicópteros utilitarios Black Hawk, las aeronaves de operaciones especiales V-22 Osprey Tiltrotor, o los aviones no tripulados.

El punto más furtivo ha sido la elección de ciertas salas o edificios entre varios edificios adyacentes. Posiblemente, la Inteligencia del CGRI obtuvo cierta información de la naturaleza de esos edificios y los catalogó como objetivos de alto perfil.

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