• El jefe negociador del Gobierno de Bogotá en el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Humberto de la Calle
Publicada: sábado, 18 de julio de 2015 14:59

El Gobierno de Colombia consideró el viernes “necesario” que, como parte del proceso de paz, las FARC se sometan a la justicia.

"La posición del Gobierno es la paz sin impunidad. Tiene que haber, repito, un proceso de justicia transicional al cual se sometan los responsables", así dejó claro Humberto de la Calle, jefe negociador del Gobierno colombiano en los diálogos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

En su intervención en el marco del foro ‘Hablemos del proceso: estado de las conversaciones’, organizado por el diario EL HERALDO en la ciudad de Barranquilla (norte), el funcionario declaró que el tema de la justicia transicional es uno de los puntos más complejos de lo que resta de las conversaciones, así que es precisamente en este punto en el que “está trabado el proceso”.

Además, señaló que para impedir un manto de impunidad durante el proceso, la única forma es seleccionar los casos más graves y a los máximos responsables, y reiteró que de no avanzar en el tema en el plazo de los cuatro meses establecido por las partes, un cese bilateral es “totalmente imposible”.

Humberto de la Calle durante su discurso en el marco del foro ‘Hablemos del proceso: estado de las conversaciones’ en la ciudad de Barranquilla (norte).

 

A continuación explicó que dicho cese bilateral, que para el Gobierno significa el silenciamiento definitivo de los fusiles, no podrá llegar si no hay un proceso serio de verificación internacional, de concentración de la guerrilla, de garantías para el ejercicio de la vida política una vez se desmovilicen las FARC, y fundamentalmente, de avances en los puntos de reparación de víctimas y justicia transicional.

“Una operación de cese el fuego en Colombia puede ser la mayor del mundo hoy día (…) En este momento, la subcomisión técnica trabaja en un diseño del cese el fuego definitivo, que tiene que tener todos los componentes de concentración y verificación de cumplimiento”, afirmó.

En otra parte de sus declaraciones, De la Calle calificó de importante el papel del pueblo en el proceso de los diálogos de tal modo que serán los colombianos quienes tendrán la última palabra sobre lo pactado con la guerrilla.

En este sentido añadió que de votarse negativamente una refrendación del posible acuerdo de paz habrá que reformularlo, porque si los colombianos no aceptan lo acordado, esto no va a ser viable.

De todas formas, el jefe negociador en los diálogos de Paz del país suramericano, emitió un mensaje de optimismo, al asegurar que el país se encuentra ante una real oportunidad de terminar el conflicto, y que está convencido de ello.

“En La Habana tratamos de ponerle fin al conflicto armado a partir de una agenda inamovible de puntos. La paz viene después y requiere el esfuerzo de todos”, concluyó. 

Mesa de negociaciones entre las FARC y el Gobierno colombiano en La Habana, capital cubana.

 

Colombia, desde hace varias décadas, ha sido escenario de las actividades de diferentes grupos guerrilleros. Según cifras oficiales, el conflicto armado ha dejado un saldo de 220.000 muertos y seis millones de desplazados.

Tras años de silencio de las autoridades colombianas, el Gobierno de Santos dio inicio en 2012 a las negociaciones con las FARC en La Habana, capital cubana. Hasta el momento, han consensuado tres de los seis puntos de la agenda, además de un plan de creación de una Comisión de la Verdad y el desminado.

Destacar que el proyecto piloto de desminado que se inició en el pasado mes de mayo en la vereda El Orejón (departamento noroccidental de Antioquia), sigue sus avances en la citada zona donde permitirá eliminar las primeras minas antipersonas hasta ahora detectadas. 

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