El miércoles, la Agencia de Cooperación para la Seguridad de la Defensa de EE.UU. (DSCA, por sus siglas en inglés) anunció, en un comunicado, que el Departamento de Estado de este país aprobó la venta de repuestos navales a la oficina de representación económica y cultural de Taipéi en Estados Unidos con un costo estimado de 120 millones de dólares. Esta transacción “sirve a los intereses nacionales, económicos y de seguridad de EE.UU.”, argumenta el texto.
En reacción, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Zhao Lijian, condenó enérgicamente el jueves la venta de armas a Taiwán y puso de relieve que la medida de EE.UU. “viola gravemente el principio de una sola China y las disposiciones de los tres comunicados conjuntos entre EE.UU. y China”.
Puso de relieve que la entrega de armamento a Taipéi perjudica la soberanía y la seguridad chinas, las relaciones entre Pekín y Washington y la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán
El diplomático chino instó a Washington a revocar la transacción anunciada el miércoles y, en general, a dejar de vender armas a Taiwán y suspender los demás contratos militares que tiene con la isla.
En este contexto, advirtió que Pekín seguirá actuando decisivamente en protección de su soberanía y sus intereses de seguridad.
De este modo, el gigante asiático dejó claro otra vez que Taiwán es el tema más sensible e importante en sus vínculos con Estados Unidos, así como el rechazo abierto a los intentos de Washington por fortalecer el apoyo a las fuerzas independentistas taiwanesas.
Las interacciones e intercambios entre Taipéi y Washington son comunes, así como las visitas de funcionarios estadounidenses a la isla, esto a pesar de las críticas de China al respaldo y acercamiento de EE.UU. a Taiwán, isla autónoma que Pekín considera parte integrante del gigante asiático, bajo la política de “una sola China”.
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