El descontento social en Chile cumple seis semanas sin una tregua a la vista. Este jueves, un grupo de personas que han sufrido traumatismo ocular durante las protestas reprimidas, se congregó frente al palacio presidencial.
Reclamaron al presidente chileno, Sebastián Piñera, responsabilizarse por las violaciones a los derechos humanos. 221 personas han sufrido un traumatismo ocular grave en las marchas, que han dejado también 26 muertos.
Piñera, no obstante, endureció aún más el tono hacia los manifestantes. El presidente, que previamente había abogado por sacar a más militares a las calles, este jueves dio un paso nuevo y pidió a las fuerzas de seguridad que actúen sin “tibieza”. Señaló que el país está enfrentando un enemigo común.
La represión y las promesas del mandatario derechista, como el aumento de pensiones y salario mínimo, no han podido frenar el estallido social en Chile.
Los indignados exigen la renuncia de Piñera y cambios profundos al sistema económico del país, al que califican de muy desigual. Por lo tanto, insisten en la necesidad de una nueva Constitución que ponga fin a la herencia económica y social de la dictadura.
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