La Organización de Estados Americanos (OEA), presidida por Luis Almagro, no deja de sacar sus manos injerencistas de Bolivia.
Tras casi dos años, vuelve a repetir sus alegaciones de que hubo irregularidades en las elecciones de 2019 en el país. Acusaciones que han sido rechazadas de manera categórica por el expresidente Evo Morales contra quien se realizó el golpe de aquel entonces.
Morales tachó el nuevo informe de la OEA de político y lo vinculó a las políticas coloniales y dictadas por la Casa Blanca, en EE.UU. Dijo que la nueva trama planificada es para convulsionar al país.
Desde la Procuraduría General del país ratifican que el informe de la OEA sobre las elecciones de octubre de 2019 es un “engaño” y que no se descarta acudir ante instancias internacionales para aclarar este tema. Dicen que Bolivia ha sido objeto de una estafa, porque la OEA no entregó ningún informe de auditoría como estaba establecido en el acuerdo firmado entre las partes.
A su vez, la Cancillería boliviana calificó de agresivas las recientes afirmaciones de la OEA. Alertó a la comunidad internacional de que no permitirá un nuevo intento de acciones desestabilizadoras, a juzgar por el carácter instigador del informe y un posible intento de coordinar con la derecha procesos de esa índole.
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