La oposición boliviana no parece reconocer su derrota en las elecciones presidenciales del país andino, por eso acusa al oficialismo de manipulación de los comicios del domingo y aboga por la violencia.
Las reacciones ya habían llegado. Este miércoles, el presidente boliviano, Evo Morales denunció categóricamente que sectores de la derecha han puesto en marcha un “golpe de Estado”, que habría comenzado con disturbios y protestas de rechazo a su triunfo en las elecciones generales. Pidió al pueblo movilizarse de emergencia para impedir este intentona golpista.
Mientras tanto, la inteligencia boliviana detectó a un grupo que distribuyó dinamita a unas 400 personas para generar violencia en el país. El gobierno acusa a la oposición de estar detrás de los hechos.
En las calles de La Paz, miles y miles de seguidores del presidente Morales se reunieron para defender la reelección del mandatario.
Desde Venezuela, también se alertó sobre una conspiración golpista en Bolivia. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, expresa su apoyo a su par y aliado boliviano, quien denunció previamente un “golpe de Estado” en Bolivia.
El mandatario boliviano logró el miércoles una ventaja suficiente en el conteo oficial de las elecciones como para ganar un nuevo mandato en primera vuelta. Con el 98,14 % de los votos escrutados por la autoridad electoral, el izquierdista Morales obtenía un 46,78 % frente al 36,74 % de su rival Carlos Mesa, por el derechista partido Comunidad Ciudadana (CC).
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