Por medio de un comunicado, Likud ha descartado las afirmaciones de Barak sobre las capacidades de Herzog y ha mencionado que la última unión entre estas dos partes, en 1999, provocó la segunda Intifada palestina.
“Están de nuevo utilizando organizaciones de izquierda con millones de dólares que fluyen desde el extranjero con el fin de abrir el caudal electoral árabe. La única manera de detenerlo es por ganar más votos para el Likud”, reza el comunicado.
Desde el punto de vista de Likud, el eventual ejecutivo izquierdista de Herzog otorgaría concesiones, dividiría Al-Quds (Jerusalén) y se retiraría de la Cisjordania.
La mañana de este lunes, Barak manifestó su respaldo a Herzog en las elecciones de mañana martes del régimen de Israel y consideró a ese candidato izquierdista una persona “balanceada, experimentada y responsable”.
“Vi a Herzog de cerca durante las audiencias más sensibles sobre seguridad y defensa doméstica y, al final, él tomó decisiones. Lo apoyo. Los civiles israelíes también pueden confiarle cada asunto de seguridad al que nos enfrentamos”, detalló.
El respaldo de Barak tiene lugar después de que el pasado jueves el expresidente israelí Shimon Peres también declarara su apoyo a Herzog en las elecciones israelíes.
“La democracia israelí se está acercando al día de la elección. Es natural que la gente tenga opiniones diferentes y que voten según su consciencia. Por mi parte apoyo a Herzog”, destacó.
De acuerdo con Peres, el candidato izquierdista es honesto y lleno de responsabilidad y dedicación al público israelí, y en su historial ya ha demostrado su capacidad de ocupar puestos importantes “de manera excelente”, y participar de discusiones serias y de alto impacto sobre el futuro israelí.
Los resultados de sondeos publicados de cara a las elecciones israelíes indican una considerable caída de la popularidad de Netanyahu, especialmente tras su discurso del pasado 3 de marzo en el Congreso de Estados Unidos, donde repitió sus infundios sobre el programa de energía nuclear iraní.
El pasado miércoles, Netanyahu puso de relieve su temor ante una posible pérdida en las elecciones y el “gran riesgo” que supondría ese fracaso para la seguridad israelí.
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