Una gran multitud de marroquíes, portando banderas de Palestina, se congregó el viernes frente al edificio del Parlamento en la capital, Rabat, para condenar las brutales agresiones que los militares y colonos extremistas israelíes llevan a cabo casi a diario a la sagrada Mezquita Al-Aqsa en Al-Quds (Jerusalén) y exigir el cese del bloqueo inhumano israelí a la Franja de Gaza.
Los manifestantes prendieron fuego a una bandera israelí y levantaron pancartas en las que expresaron su rechazo a un polémico acuerdo firmado en diciembre de 2020 entre Rabat y el régimen de Tel Aviv para normalizar relaciones tras dos décadas de ruptura.
La protesta fue organizada por la Sociedad Nacional de Marruecos para la Liberación de Palestina. “Hoy nos hemos reunido de nuevo para decir que los marroquíes siguen firmes en su apoyo al pueblo palestino”, afirmó Abdul-Qader al-Alami, un miembro de esta asociación.
Enfatizó que “los marroquíes simpatizan con el pueblo palestino y lo que ellos [los palestinos] experimentan en términos de violaciones y crímenes [israelíes] en toda Palestina”.
Al-Alami consideró la normalización de los Estados árabes con Israel como “una fuente de aliento para que el régimen ocupante continúe con sus crímenes”.
Marruecos había cortado sus vínculos con Israel tras el estallido de la segunda Intifada (Levantamiento) palestina (2000-2005) y obtuvo el reconocimiento estadounidense de su “soberanía” sobre el Sáhara Occidental —una excolonia española en disputa desde hace décadas con los independentistas del Frente Polisario— como un incentivo para restablecer lazos con la entidad sionista.
El acercamiento entre las partes se produjo como parte de los Acuerdos de Abraham, una serie de acuerdos de acercamiento mediados por Estados Unidos entre el régimen de ocupación y algunos países árabes regionales, incluidos los Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Sudán. Sin embargo, el pueblo marroquí nunca apoyó el pacto.
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