Según el Ministerio del Interior de Kenia, cuatro de los atacantes han muerto en el asalto que derivó en una feroz toma de rehenes en el recinto universitario, que se extendió durante más de 12 horas.
Hasta el momento, más de 500 rehenes han sido rescatados, han informado las fuentes estatales.
El ataque más grave en el país desde 1998 ha sido efectuado por agresores enmascarados que lanzaron granadas y dispararon rifles semiautomáticos en la localidad de Garissa.
Las últimas cifras proporcionadas por la Cruz Roja keniana señalan que 65 heridos han sido trasladados al hospital de Garissa, mientras que un avión ha transportado a los que se encuentran en estado crítico hasta Nairobi, capital keniana.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, ha condenado el atentado y ha exigido que los responsables sean llevados ante la justicia.
Estos tipos de ataques son frecuentes en el norte y el este de Kenia que limitan con Somalia, un país amenazado por los actos violentos del grupo terrorista.
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