El asalto acaeció la noche del lunes en la carretera Al-Salamiyah-Al-Raqa, en el este de la provincia central de Hama, cuando el convoy se dirigía hacia la refinería de Homs.
Los terroristas explotaron cuatro camiones cisterna, acabando con la vida de dos conductores y dos de sus acompañantes. Ante el recrudecimiento del conflicto, las fuerzas militares presentes en la zona solicitaron apoyo, y las fuerzas de ayuda desplegadas en el lugar lograron neutralizar el ataque, matando a varios terroristas y causando heridas a otros.
Una fuente de seguridad de alto rango sirio, en declaraciones citadas por la agencia de noticias rusa Sputnik, ha señalado que los elementos de Daesh cuentan con el gran apoyo de las fuerzas de ocupación estadounidenses, que controlan la zona estratégica de Al-Tanf, en el sureste de Siria, y el desierto que la rodea.
Las tropas estadounidenses ocupan el noreste de Siria, región rica en recursos petroleros. La ocupación parcial, bajo la bandera de la lucha contra el terrorismo, se ha prolongado desde 2014, en violación de la soberanía de Siria. Ha continuado incluso después de la destrucción virtual de Daesh por las fuerzas rusas y sirias, así como la asistencia técnica de Irán. También ha sobrevivido a la operación de cambio de gobierno, respaldada por Washington, que no logró sacar del poder al presidente sirio, Bashar al-Asad.
El 9 de agosto de 2022, el Ministerio de Petróleo de Siria denunció que EE.UU. y sus mercenarios roban el 80 % de la producción de petróleo del país árabe, equivalente a 66 000 barriles por día, lo cual le obliga a depender de la importación para garantizar las necesidades de hidrocarburos.
Las autoridades sirias y rusas han advertido en reiteradas ocasiones que Estados Unidos está utilizando la base militar que posee en la región desértica de Al-Tanf como “un refugio seguro para los terroristas”.
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