“Qasem era un obstáculo constante para los estadounidenses, ya que él estuvo presente en varios campos y su asesinato era importante para que EE.UU. emita este acuerdo”, dijo Seyed Hasan Nasralá en una entrevista con la televisión estatal iraní, emitida el jueves, con ocasión del final de los 40 días de duelo por el martirio del teniente general Soleimani, comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, quien fue asesinado en un atentado perpetrado por EE.UU. en Irak.
Tras condenar el “acuerdo del siglo”, Nasralá recalcó que los políticos estadounidenses defienden al régimen de Israel a pesar de que ha usurpado los territorios palestinos.
“La República Islámica de Irán y el Eje de Resistencia se opondrán al acuerdo del siglo con todas sus fuerzas”, comentó.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desveló a finales de enero su controvertido “acuerdo del siglo”, un plan programado para cuatro años, que según alega Washington, tiene como objetivo resolver el conflicto palestino-israelí, pero en realidad pretende liquidar la causa palestina, pues ignora todos los derechos de los palestinos.
La revelación del llamado acuerdo ha desatado una ola de condenas tanto a nivel internacional como entre los palestinos. El presidente del Gobierno palestino, Mahmud Abás, había asegurado anteriormente que el acuerdo de “conspiración” de Trump acabará “en el basurero de la historia”, recordando otra vez que Al-Quds (Jerusalén) “no está a la venta”.
En la misma tesitura, otras autoridades palestinas han rechazado rotundamente el plan anti-palestino de Washington y aseveran que Palestina, unida, hará fracasar el “acuerdo del siglo”, al igual que ha frustrado otros complots de EE.UU. e Israel.
El plan de EE.UU., fruto del esfuerzo de tres años del asesor estadounidense Jared Kushner, reconoce la ciudad de Al-Quds como la capital israelí, considera legal la autoridad del régimen de Tel Aviv sobre los asentamientos y requiere que los palestinos cumplan una serie de condiciones muy difíciles para poder tener un Estado, que en realidad es un archipiélago hundido en un mar de tierras israelíes, según se observa en el mapa trazado por Trump.
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