“Los criminales estadounidenses que cobardemente han impuesto las peores, las más crueles y las más injustas sanciones a Irán son los responsables del empeoramiento de la situación a raíz del nuevo brote del coronavirus”, denunció el miércoles Namaki durante una rueda de prensa celebrada en Teherán, la capital iraní.
El ministro iraní, al explicar los motivos que llevaron a decidir el levantamiento de algunas restricciones de confinamiento, subrayó que la escalada de problemas económicos por las sanciones y la pérdida de medios de subsistencia por las medidas para contener la propagación del virus, podrían haber suscitado la insatisfacción generalizada de la población respecto a la gestión de la crisis sanitaria.
Agregó que los problemas económicos causados por las férreas medidas punitivas impuestas por Washington al país persa, obligó al Ministerio de Salud a aprobar la reapertura de la actividad comercial y empresarial.
Según el reporte del miércoles del Ministerio de Salud de Irán, 153 pacientes fallecieron de COVID-19 en las últimas 24 horas, lo que aumentó el número total de decesos a 12 084 personas.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, tras retirar unilateralmente en mayo de 2018 a su país del Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), nombre oficial del acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Teherán y el Grupo 5 1 —conformado entonces por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania— intensificó su campaña de presión económica contra la República Islámica imponiendo varias rondas de sanciones, que han afectado directamente a la población civil del país persa.
Las autoridades iraníes califican de “crímenes de lesa humanidad” los embargos y las restricciones impuestas por Estados Unidos que afectan al suministro de medicamentos y otras áreas del sector de la salud del país persa para hacer frente a la emergencia sanitaria por la COVID-19.
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