En concreto, las fuerzas estadounidenses se han desplegado en un puesto militar próximo a Manbiy, en las inmediaciones del río Sajur, según han reportado este domingo los medios rusos.
De acuerdo con uno de los miembros de las FDS, hace un año se estableció el campamento en Manbiy “para contrarrestar la amenaza” de Turquía, país que cataloga a estas unidades kurdas, apoyadas por Washington, como banda terrorista.
En estos campamentos, EE.UU. tiene almacenadas armas pesadas, ha indicado, al tiempo que ha señalado que la llamada coalición anti-EIIL (Daesh, en árabe), dirigida por Washington, “está aumentando más y más el número de efectivos” en la zona. “La coalición viene por los turcos”, ha matizado.
El reforzamiento de la presencia militar estadounidense ha coincidido con las afirmaciones del jefe adjunto del comité de defensa del Kurdistán sirio (Rojava), Rezan Gilo, quien reveló el sábado que la coalición internacional estaba construyendo una nueva base en el norte sirio.
“Sí, la coalición internacional está estableciendo una nueva base en Manbiy, tienen planes militares (…) sean base estadounidenses o franceses, interactuamos con ellos (la coalición)”, precisó Gilo, citado por la agencia oficial rusa Sputnik.
Sí, la coalición internacional está estableciendo una nueva base en Manbiy, tienen planes militares (…) sean base estadounidenses o franceses, interactuamos con ellos (la coalición anti-EIIL)”, dijo el jefe adjunto del comité de defensa del Kurdistán sirio (Rojava), Rezan Gilo.
Estados Unidos y Francia habían adelantado que estacionarían efectivos en Manbiy ante el temor de una ofensiva turca contra esta ciudad, teniendo en cuenta las amenazas de Ankara de extender su operación en Afrin y atacar Manbiy.
El aumento de la presencia de Washington contradice las declaraciones del presidente de EE.UU., Donald Trump, quien prometió recientemente que retiraría a sus efectivos de Siria.
Por su parte, el Gobierno de Damasco ha denunciado una y otra vez “la invasión” de su territorio por las fuerzas extranjeras, sobre todo EE.UU. y Turquía, países a los que acusa de intentar prolongar el conflicto y en última instancia desmembrar Siria.
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