“A los militares ucranianos que —estamos seguros— comprenden la naturaleza criminal de la junta de bandidos que se ha apoderado de su país, les recomendamos encarecidamente que vuelvan sus armas contra ella o capitulen ante nuestras tropas”, ha indicado este viernes la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, mientras que ha garantizado un trato humano y decente a quienes se entreguen.
Mediante un comunicado, Zajárova ha aludido los crímenes de guerra de las fuerzas ucranianas contra Rusia: asesinatos y ataques a civiles y prisioneros de guerra, uso de municiones de racimo, uso de aparatos no tripulados contra infraestructura clave, entre otros.
La funcionaria ha apuntado el dedo acusador al odio político e ideológico del régimen “terrorista” del presidente ucraniano, Volódimir Zelenski.
No obstante, ha alertado que “Rusia hará todo lo necesario para garantizar que ninguno de los verdugos nazis escape al justo castigo por sus crímenes”.
Zajárova ha informado que solo en las últimas dos semanas, 15 ucranianos, cinco del batallón nacionalista Azov, han sido condenados a penas desde 15 años hasta cadena perpetua por sus crímenes contra Rusia.
A mediados de abril, el Ministerio de Defensa ruso llamó a las autoridades ucranianas a hacer gala de sentido común y dar la orden a sus fuerzas de poner fin a sus ataques, mientras que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha afirmado que “las tropas de Ucrania entienden que no tienen ninguna posibilidad contra los heroicos y valientes combatientes de las Fuerzas Armadas rusas”.
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