“Con respecto a las perspectivas de cooperación técnico-militar con Irán, es necesario responder que, bajo cualquier circunstancia, la cooperación se mantendrá bajo estricto apego a las normas legales activas de ambos países, los compromisos internacionales de las partes y las normas del derecho internacional”, ha aclarado este domingo el director general de Rosoboronexport, Alexander Mikheev, durante una rueda de prensa en los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Al desarrollar su postura, Mikheev ha señalado que su país tiene una relación de larga data con Irán, comentando que Teherán está interesado en diferentes tipos de armas rusas.
Cabe señalar que, en noviembre de 2015, Rusia extendió un contrato para la venta de cuatro unidades del sistema de defensa aérea S-300 con Irán, y en 2016, se envió este equipo. En 2007 se firmó un acuerdo similar, pero fue bloqueado en 2010 por la aprobación de la Resolución 1929 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) que prohibía la transferencia de armas a Irán.
El embargo de armas aprobado por el CSNU contra el país persa expiró el 18 de octubre de 2020 en el marco de la Resolución 2231, que refrenda el acuerdo nuclear, suscrito en 2015 por Teherán y el Grupo 5+1 (entonces formado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania).
Desde la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), en 1991, Moscú y Teherán se han caracterizado por una sensible mejora de sus lazos bilaterales, fomentada por una visión común sobre temas económicos, militares, nucleares, con fines pacíficos, e incluso la lucha contra grupos extremistas, como Daesh, en Siria e Irak, patrocinados y financiados por Washington y sus aliados regionales y occidentales.
También, Irán y Rusia, ambos objetos de los embargos estadounidenses, han elevado sus relaciones a un nivel de “cooperación estratégica” en los últimos años de cara a hacer frente a las medidas hostiles de EE.UU.
mgh/tqi/rba
