En una entrevista con la agencia rusa de noticias NSN, el experto ruso Konstantín Sivkov afirma que la idea de que el Gobierno de la canciller germana, Angela Merkel, haya permitido este tipo de ejercicios muestra que “la política alemana está dirigida por gente muy estúpida y quizá gente que tiene problemas de salud mental”.
Así ha reaccionado a un informe publicado por el diario alemán Bild en el que se lee que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) recientemente llevó a cabo un ejercicio “en secreto” con armas nucleares en Alemania con el objetivo de contrarrestar las amenazas de Rusia.
Sivkov ha expresado que “practicar la guerra nuclear es un paso suicida. Especialmente para Alemania”, agregando que “enemigos del pueblo alemán” y “cretinos” planean convertir al país europeo en un teatro de la guerra nuclear.
Sikov ha recordado que, si solo uno de los submarinos nucleares de Rusia lanza sus 160 cabezas nucleares contra Alemania, la nación europea “dejará de existir, y su territorio se convertirá en un desierto radiactivo”.
Asimismo, ha acusado a las autoridades estadounidenses de buscar armar una guerra nuclear en el territorio de otro país, subrayando que por la misma razón han fabricado cabezas nucleares tácticas de calibre pequeño.
“Ellos pueden jugar a una pequeña guerra en el territorio de otro Estado, pero nosotros no vamos a quedarnos parados en la ceremonia. Nosotros lanzamos todos los misiles a la vez (...) y los Estados Unidos de América dejará de existir”, enfatizó Sikov.
En 2009, el acuerdo de la coalición para la formación del Gobierno alemán incluía aspectos de la retirada del arsenal nuclear estadounidense, y en marzo de 2010, el Bundestag (la Cámara Baja del Parlamento alemán) puntualizó que Berlín debe trabajar persistentemente con Washington sobre la retirada de sus armas nucleares del suelo germano.
Los partidos opositores exigen, además, al Gobierno expulsar a las tropas de EE.UU., denunciando que las bases militares estadounidenses en Alemania se utilizan para promover la política de guerra de Washington en Asia Occidental, así como tensar aún más las relaciones con Rusia.
Moscú, por su parte, ha advertido, durante los últimos años a la OTAN y a la Casa Blanca de que el aumento de la presencia militar y los despliegues de equipos militares cerca de sus fronteras, desde los tres países bálticos hasta Polonia, Rumanía y Bulgaria, son una amenaza directa para su seguridad.
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