El canciller ruso, Serguéi Lavrov, en una entrevista concedida el martes a la cadena local RT, tachó de “muy arrogante y desafiante” las afirmaciones de las autoridades estadounidenses sobre el retorno de la doctrina Monroe en la región de Latinoamérica.
Al respecto, abordó la situación en Cuba, Nicaragua y Venezuela y los intentos de Washington y sus aliados para cambiar el Gobierno legítimo de Nicolás Maduro, y aseveró que el uso de la fuerza ya no sirve e incluso los países de esta región, que apoyan los planes de EE.UU., “nunca aceptarán un escenario militar” en América Latina.
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“Creo que los países latinoamericanos tienen su propio sentimiento de orgullo y de justicia”, indicó Lavrov, al considerar que esta idiosincrasia facilita la búsqueda de soluciones pacíficas para sus problemas.
Las autoridades rusas han indicado en diferentes ocasiones que, ante la política de EE.UU. basada en la doctrina Monroe, Rusia está dispuesta a fortalecer la cooperación militar con los países de América Latina.
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Creo que los países latinoamericanos tienen su propio sentimiento de orgullo y de justicia”, sostuvo el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, sobre el consenso de los Estados latinoamericanos para rechazar el uso de la fuerza de EE.UU. en la zona.
EE.UU. no respeta el derecho internacional
El máximo diplomático ruso, que tiene programado realizar hoy miércoles una visita oficial a Cuba, criticó la “conducta inaceptable” de Washington de mantener un bloqueo de más de seis décadas sobre la isla y de haber reactivado recientemente la llamada Ley Helms-Burton.
“(EE.UU.) ha vuelto a demostrar a todo el mundo que no respeta el derecho internacional y que trata de aplicar sus propias leyes a todos de forma extraterritorial”, denunció Lavrov, para luego indicar que esta política no tiene “ninguna perspectiva” y es rechazada a nivel mundial.
Desde 1960, Washington ha impuesto múltiples bloqueos y sanciones a La Habana; sin embargo, la hostilidad hacia la isla se multiplicó tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en 2017, pese a las moderaciones realizadas en 2015 por su antecesor, Barack Obama.
La Administración de Trump activó el Título III de la Ley Helms-Burton y endureció las sanciones contra la mayor de las Antillas, poniendo fin a los viajes educativos grupales a la isla y a la exportación de vehículos desde EE.UU. so pretexto de que La Habana apoya “a los adversarios estadounidenses en lugares como Venezuela y Nicaragua”.
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