Lavrov ha explicado que, en una conversación telefónica mantenida con su homólogo neerlandés, Stef Blok, este “no dio ninguna prueba” que permita acusar a Rusia de la catástrofe, en la que murieron 298 personas.
“Si nuestros socios deciden, aunque hablemos de una terrible tragedia en la que murieron cientos de personas, especular con fines políticos, allá ellos con su conciencia”, ha agregado el jefe de la Diplomacia rusa.
Moscú quiere colaborar en la investigación del derribo del avión, que debe ser justa y transparente, ha indicado el diplomático, haciéndose eco de la posición de otras autoridades rusas al respecto.
El presidente ruso, Vladimir Putin, denunció el jueves la inclusión de Kiev en la investigación, “pese a que violó las reglas internacionales al no cerrar el espacio aéreo de un territorio donde tenían lugar acciones militares”, mientras a Rusia, que para aceptar las conclusiones de la investigación llevada a cabo por los Países Bajos debe participar en ella, no se le permite contribuir a esclarecer la verdad.
Si nuestros socios deciden, aunque hablemos de una terrible tragedia en la que murieron cientos de personas, especular con fines políticos, allá ellos con su conciencia”, dice el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov. sobre las declaraciones de países occidentales que acusan a Moscú de derribar en Ucrania un vuelo de Malaysia Airlines en 2014.
El jueves, el equipo que investiga la tragedia del vuelo MH17 de Malaysia Airlines reveló por primera vez que el sistema de misiles Buk que disparó el misil que abatió el aparato provenía de una unidad militar rusa.
Sobre la base de los resultados de esta investigación, los Países Bajos y Australia (países de los que provenían gran parte de las 298 víctimas) han mantenido que Rusia es “responsable” del siniestro, según ha informado este viernes el Gobierno neerlandés en un comunicado que podría conducir a acciones judiciales.
Rusia, sin embargo, ha rechazado categóricamente estas acusaciones. El Ministerio de Defensa ruso ha indicado que la causa por la que la comisión de investigación neerlandesa silencia el origen del motor del misil que derribó el vuelo es su posible pertenencia a las Fuerzas Armadas de Ucrania.
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