En una conversación telefónica, “el lado ruso hizo hincapié en que la crisis existente no es propicia para los esfuerzos conjuntos de la lucha contra la amenaza del terrorismo y la estabilidad en Oriente Medio”, señala un comunicado publicado por el Kremlin.
En junio de 2017, Arabia Saudí, Bahréin, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Egipto rompieron sus relaciones diplomáticas con Catar y le impusieron un férreo boicot económico, tras acusar a ese país de fomentar el terrorismo.
Doha, que niega tajantemente cualquier apoyo de su parte al terrorismo, ha anunciado una y otra vez su disposición a solventar la disputa con sus vecinos por medio del diálogo, pero la crisis sigue su curso pese a los esfuerzos de algunos mediadores.
“(En una conversación telefónica) el lado ruso hizo hincapié en que la crisis existente no es propicia para los esfuerzos conjuntos de la lucha contra la amenaza del terrorismo y la estabilidad en el Oriente Medio”, señala un comunicado publicado por el Kremlin.
El comunicado del Gobierno ruso añade que los dos líderes intercambiaron sus opiniones sobre la crisis siria, “teniendo en cuenta los resultados del Congreso del Diálogo Nacional Sirio en Sochi (ciudad rusa)”, que busca una solución política para la crisis.
En otra parte del texto se menciona que ambas partes hablaron también de la cooperación técnica militar entre los dos países.
En los últimos tiempos se ha producido un acercamiento en las relaciones entre Moscú y Riad. En octubre, el rey Salman visitó Moscú en una visita histórica en la cual se reunió con Putin y altos funcionarios rusos, y los dos países firmaron acuerdos económicos y militares por valor de miles de millones de dólares.
El Servicio Federal de Cooperación Técnica Militar de Rusia confirmó, también en octubre, la venta a Arabia Saudí de sistemas antiaéreos S-400 y otras armas.
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