Se presagiaba una jornada negra para Italia y así ha sido. El sistema de transportes ha parado en bloque para celebrar una huelga que ha afectado a los desplazamientos aéreos, marítimos, ferroviarios y urbanos. El motivo del parón responde a las reivindicaciones del personal de transporte.
Acostumbrados a un transporte ya de por sí lento y masificado, los romanos han sufrido eternas esperas que se han traducido en frustración y caos.
Los pasajeros cuentan que en algunos casos los trayectos serían superiores a dos horas a pie, una alternativa que consideran ridícula debido a las altas temperaturas.
“Fuera de Servicio”, este es el mensaje que se han encontrado la mayoría de turistas e italianos en las paradas de autobuses de toda Italia. Llegar al trabajo se ha convertido en una odisea para muchos. Tampoco han tenido fortuna quienes lo han intentado con el metro, que ha cerrado sus puertas desde primera hora de la mañana.
Tampoco quienes pretendían llegar o salir de Italia en avión. El aeropuerto Leonardo Da Vinci de Roma se ha convertido en uno de los epicentros de la huelga, que ha dejado sin conexión a las capitales europeas más importantes. La principal aerolínea italiana, Alitalia, ha cancelado más de 170 vuelos, dejando en tierra a numerosos pasajeros.
El transporte volverá a la normalidad pasadas 24 horas, excepto el sector aéreo. Alitalia, que ha visto rechazado por los trabajadores un plan industrial con casi 1000 despidos y recortes salariales cercanos al 30 %, alargará media jornada más la huelga.
Rubén Martínez, Roma.
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