En una entrevista este sábado con la agencia de noticias japonesa Kyodo, El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Seyed Abás Araqchi, ha afirmado que Teherán mantiene serias dudas sobre la continuación de las negociaciones con Washington, debido a la retirada de EE.UU. del acuerdo nuclear de 2015 y a su agresión militar, junto con Israel, a la nación iraní en junio pasado.
“Si cambian su enfoque y están dispuestos a un diálogo justo y bilateral, nosotros también estamos preparados. Pero negociar no es lo mismo que imponer. Por ahora, no estamos convencidos de que ellos estén listos para una negociación real y seria”, ha enfatizado Araqchi en referencia a EE.UU.
Conforme al canciller persa, la principal discrepancia sigue siendo la negativa de Washington a reconocer “el derecho de Irán a contar con tecnología nuclear de carácter pacífico”, incluida la capacidad de enriquecer uranio en el marco del Tratado de No Proliferación (TNP), del que Japón también es miembro, aunque Israel aún no se ha adherido.
El jefe diplomático ha añadido que Teherán está dispuesto a aceptar determinadas limitaciones en los niveles de enriquecimiento y en los tipos de centrifugadoras, y ha recalcado que las conversaciones podrían avanzar con rapidez si EE.UU., adoptara un enfoque recíproco, reconociera el carácter pacífico del programa nuclear iraní y levantase las sanciones.
Asimismo, en referencia al panorama de las negociaciones nucleares estancadas entre Irán y Estados Unidos, Araqchi ha puesto de relieve que Teherán sigue abierto a la diplomacia, pero únicamente si los resultados son “justos y equilibrados”. Eso “depende de Estados Unidos”, plantea.
El programa nuclear pacífico de Irán ha estado constantemente sometido a presiones políticas y acusaciones infundadas por parte de Occidente. Pese a los compromisos adquiridos, Estados Unidos abandonó unilateralmente el Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), en 2018 y Europa incumplió sus obligaciones, lo que llevó a Teherán a adoptar medidas graduales de reducción de obligaciones dentro del marco del propio acuerdo.
Durante los últimos siete años, Irán ha explorado todas las vías diplomáticas con buena fe, pero la falta de voluntad política y las exigencias consideradas excesivas por parte de Estados Unidos y la troika europea han impedido avanzar hacia la reactivación del pacto. Aun así, Teherán mantiene su disposición a alcanzar un acuerdo sostenible y fiable que garantice el levantamiento efectivo de las sanciones y evite futuras instrumentalizaciones del tema nuclear.
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