Asistente del canciller y director general para Asuntos de Asia y el Pacífico de la Cancillería iraní, Ali Asqar Mohamadi, ha condenado el apoyo del gobierno australiano a la agresión del régimen sionista y Estados Unidos contra Irán, calificándolo de un claro ejemplo del doble rasero de ese país.
“La agresión militar del régimen sionista y Estados Unidos contra las infraestructuras, áreas residenciales y las instalaciones nucleares pacíficas de Irán ha provocado el martirio de personal militar y civil, incluyendo mujeres y niños inocentes”, ha enfatizado Mohamadi.
Según Mohamadi, constituye una flagrante violación de la Carta de las Naciones Unidas, los principios fundamentales del derecho internacional, el régimen de no proliferación, la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad y otras normas que prohíben cualquier ataque a las instalaciones nucleares pacíficas de los países.
Mohamadi recordando la constante afirmación de Australia de apoyar la paz y el estado de derecho, ha añadido que “el gobierno australiano se enfrentó a una prueba al tener que elegir entre el derecho y el estado de derecho, por un lado, y el apoyo a la agresión y la violación del estado de derecho, por el otro, ante la clara agresión del régimen sionista y Estados Unidos contra Irán, y en esta prueba, perdió”.
También ha señalado las consecuencias negativas y peligrosas del enfoque de gobiernos como el de Australia al apoyar a los agresores, lo que los alienta a continuar tales acciones y a aumentar la tensión a nivel regional y mundial.
Él ha subrayado que la justicia y la lógica dictan que si estos países no tienen el coraje moral necesario para condenar la agresión abierta del régimen de Israel y Estados Unidos, al menos deberían guardar silencio.
En la mañana del viernes 13 de junio, tras el ataque terrorista del régimen sionista contra Irán, un grupo de altos comandantes militares, científicos y civiles fue martirizado, dando así inicio a la guerra impuesta. Tras 12 días de agresión israelí, con el apoyo de EE.UU., la aplastante respuesta de las fuerzas armadas iraníes obligó al régimen de Tel Aviv a solicitar un alto el fuego.
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