“Irán ha dejado clara su postura. Hemos advertido formalmente a todos los signatarios de JCPOA que el abuso del mecanismo ‘Snapack’ (restablecimiento de sanciones) tendrá consecuencias: no solo pondrá fin al papel de Europa en el acuerdo (posible con EE.UU.), sino que también podría escalar las tensiones hasta un punto irreparable”, ha alertado el canciller de Irán, Seyed Abás Araqchi, en una nota publicada este domingo en el semanario francés Le Point.
Según el jefe de la Diplomacia iraní, el mecanismo Snapback es una herramienta concebida originalmente como último recurso para resolver disputas, pero “ahora se emplea como instrumento de presión diplomática”.
“Este juego al borde del abismo corre el riesgo de desatar una crisis global de proliferación (nuclear) que afectaría, ante todo, a los propios europeos”, ha advertido.
Araqchi ha recordado que “Europa se encuentra cada vez más ausente del futuro diplomático de la región” de Asia Occidental y en discusiones cruciales, incluidas las negociaciones indirectas en curso entre Irán y Estados Unidos, “los diplomáticos europeos rara vez son más que observadores pasivos. El pasado colonial ha quedado atrás, pero la actual pasividad de Europa, producto de sus propias decisiones estratégicas, está perjudicando a todas las partes”, ha señalado.
Conforme al titular persa, Europa careció de determinación, cuando Donald Trump decidió en 2018 retirar a Estados Unidos del acuerdo nuclear, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés).
“El entonces ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, declaró que Europa no sería un ‘vasallo’ de Washington. Sin embargo, en la práctica, el grupo E3 (Reino Unido, Francia y Alemania) no estuvo a la altura. Los beneficios económicos prometidos en el marco del PAIC nunca se concretaron, ya que las empresas europeas optaron por acatar las sanciones estadounidenses en lugar de cumplir con los compromisos de sus propios gobiernos”, ha indicado.
Araqchi ha instado al grupo E3 a “preguntarse cómo ha llegado a este callejón sin salida. Bajo la administración estadounidense anterior, el E3 actuó como intermediario clave entre Teherán y Washington, y en ese entonces Irán mostró una actitud constructiva. Sin embargo, cuando la voluntad política en Washington comenzó a debilitarse, los europeos abandonaron gradualmente sus esfuerzos. En lugar de reajustar su estrategia, el E3 adoptó una postura confrontativa, aludiendo a los derechos humanos o a los vínculos legales de Irán con Rusia, como pretextos para distanciarse diplomáticamente”.
Este enfoque —ha proseguido— no solo ha deteriorado las relaciones a nivel estatal, sino que también ha tenido consecuencias humanitarias reales. “Por ejemplo, la prohibición impuesta el año pasado por la Unión Europea (UE) a la Aerolínea Nacional de Irán, basada en acusaciones de exportación de misiles que luego fueron desmentidas por altos funcionarios ucranianos, restringió severamente el acceso a medicamentos vitales, incluidos tratamientos contra el cáncer”, ha lamentado.
Señalando el contraste del comportamiento de los europeos en comparación con los años pasados, Araqchi ha señalado que, “en 2003, tras un devastador terremoto en Bam (centro de Irán), Francia desplegó rápidamente un hospital de campaña. Pero cuando un gran incendio envolvió el puerto iraní de Bandar Abás en abril, amenazando con causar una disrupción económica en Asia Central y el Cáucaso, solo Rusia ofreció asistencia inmediata. Las condolencias de la Unión Europea (UE) llegaron más de una semana después, cuando la crisis ya había sido contenida”.
Según el máximo diplomático iraní, esta relación deteriorada (entre Europa e Irán) se desarrolla mientras el mundo observa cómo las catástrofes paralelas en Gaza y Ucrania exponen los dobles estándares de Occidente. “Los iraníes, como otros pueblos, perciben la indignación selectiva y se preguntan ¿dónde está la coherencia?”, ha dicho.
Sin embargo, ha destacado Araqchi, a pesar de las tensiones, la historia entre Irán y Europa sigue siendo rica, y los vínculos culturales, académicos y económicos, en sectores como la energía, la tecnología, la industria automotriz y la cooperación medioambiental, han demostrado ser fructíferos durante décadas.
Y, en el ámbito diplomático, el canciller iraní ha declarado que la participación europea ha permitido colaboraciones significativas en temas que van desde Afganistán hasta el Mediterráneo oriental.
“Consciente de esa historia, he extendido múltiples invitaciones para reiniciar un diálogo significativo. En la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) en Nueva York, el pasado otoño, propuse una cooperación que no se limite al expediente nuclear, sino que abarque todas las áreas de interés común, incluida Ucrania. Esos acercamientos fueron recibidos con silencio. Aun así, sigo comprometido con la diplomacia”, ha dicho.
En este sentido, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán ha hecho saber que, tras consultas recientes en Rusia y China, ya ha expresado su disposición para visitar París, Berlín y Londres e “iniciar un nuevo capítulo. Esta iniciativa ha dado lugar a conversaciones preliminares a nivel de viceministros de Asuntos Exteriores: un comienzo frágil, pero prometedor. Pero el tiempo se agota”, ha indicado
En este mismo sentido, ha concluido que “Irán está listo para pasar página y esperará que sus socios europeos también lo estén”.
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