En una conversación telefónica mantenida el sábado con la ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, el canciller interino de Irán, Ali Baqeri Kani, condenó enérgicamente la decisión “ilegal” de la Policía alemana de prohibir las actividades de los centros islámicos en el país europeo, incluido el Centro Islámico de Hamburgo y sus organizaciones subsidiarias, subrayando que va en contra de los principios de los derechos humanos.
“El cierre de los centros islámicos en Alemania es una acción completamente política, acorde con la islamofobia y que sirve a los intereses del régimen sionista. El Gobierno alemán debe asumir sus consecuencias”, declaró el diplomático iraní.
La ministra alemana de Asuntos Exteriores, por su parte, sostuvo que los centros islámicos en el país germano pueden ejercer sus derechos a través de mecanismos legales.
Baerbock destacó la importancia de resolver las diferencias y expresó la esperanza de que los obstáculos existentes en las relaciones mutuas se eliminen, a través del diálogo y los canales diplomáticos.
El Ministerio del Interior alemán prohibió el miércoles las actividades del Centro Islámico de Hamburgo y sus organizaciones afiliadas en toda Alemania hasta la fecha, indicando que es una “organización extremista islamista que persigue objetivos anticonstitucionales”. Berlín acusa también al centro de promover un “antisemitismo agresivo” y difundir un “gobierno autoritario y teocrático”.
La Cartera del Interior germana también dijo que cerraría cuatro mezquitas chiíes, incluida la Mezquita Azul de Hamburgo, una de las más antiguas del país europeo.
Tras el anuncio, la Cancillería iraní convocó al embajador alemán, Hans-Udo Muzel, en Teherán para expresarle la enérgica protesta del país persa por el cierre de los centros islámicos y dijo que la medida es “un claro ejemplo de islamofobia”.
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