“Es un acto provocativo, irreflexivo e inaceptable repetir la profanación de los santuarios celestiales, especialmente al mismo tiempo que los días sagrados para la Umma (comunidad) islámica y también la reunión de millones de musulmanes en el congreso mundial Hach”, ha denunciado este miércoles el portavoz de la Cancillería de Irán, Naser Kanani, en reacción al permiso dado por el gobierno de Suecia a los anti-islamistas para cometer de nuevo las blasfemias al Corán, libro sagrado de los musulmanes.
Refiriéndose a los esfuerzos de la comunidad internacional y las organizaciones de derechos humanos para promover el respeto por las religiones y sectas y las enseñanzas religiosas auténticas, Kanani ha considerado profanación de los libros sagrados como un ejemplo de violencia y propagación del odio y contrario a los valores originales de los derechos humanos.
“El gobierno y el pueblo de la República Islámica de Irán, al igual que otros musulmanes y librepensadores del mundo, no toleran tal insulto y lo condenan enérgicamente”, ha dicho.
El vocero persa ha señalado que se espera que el gobierno sueco, mientras se impide la repetición de insultos a los santuarios, preste seria atención al principio de responsabilidad y rendición de cuentas en este sentido.
En un acto autorizado “de acuerdo con el derecho a la libertad de expresión” por la policía sueca, en el primer día de la fiesta musulmana de Aid al-Adha, un hombre quemó el miércoles varias páginas de un ejemplar del Corán ante la mayor mezquita de Estocolmo, capital de Suecia.
Además del Estado persa, varios países musulmanes han alzado la voz contra la repetida blasfemia a su libro sagrado en el país europeo, como Yemen, Turquía, Arabia Saudí, Jordania y Egipto, entre otros.
En enero, la quema de un Corán frente a la embajada turca desencadenó semanas de protestas y llamamientos al boicot de productos suecos.
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