En los últimos días, Irán ha sido escenario de incidentes de violencia callejera a raíz de la muerte de una mujer identificada como Mahsa Amini, de 22 años de edad, quien perdió la vida en un hospital días después de que fuera detenida por la Policía moral.
En uno de estos actos de vandalismo cometidos por alborotadores en la ciudad de Amol, la provincia de Mazandarán (norte del país) el enfermero Mohamad Falah recibió el impacto de una bala disparada con una escopeta de caza mientras se desplazaba en una ambulancia realizando tareas de rescate.
Según los medios locales citando a los testigos, el incidente ocurrió el pasado miércoles cuando la víctima, de 32 años, había terminado su trabajo y quería volver a su casa ubicada en un pueblo cerca de Amol, pero decidió realizar labores de ayuda en medio de los disturbios.
El padre del fallecido en una entrevista concedida con el diario iraní Tasnim ha dicho que su hijo fue uno de los miembros de la Fuerza de Resistencia Popular (Basich) planteando ¿si su hijo se merecía haber sido tiroteado?.
A pesar de que las autoridades iraníes están investigando las circunstancias de la muerte de Amini, las protestas dieron lugar a ataques contra agentes de seguridad y actos de vandalismo contra bienes públicos, así como contra ambulancias y vehículos policiales.
Al menos cinco miembros del personal de seguridad han perdido la vida y decenas han resultado heridos al intentar enfrentar los disturbios en Mashad (noreste), Quchan (noreste), Shiraz (suroeste), Tabriz (noroeste) y Karay (centro).
mmo/mkh
