El presidente de la Asamblea Consultiva Islámica de Irán (Mayles), Ali Lariyani, ha rechazado rotundamente la detención sin cargos de la periodista de la cadena de televisión Press TV Marzie Hashemi en EE.UU.
En declaraciones que ha ofrecido hoy domingo al inicio de una sesión pública, el jefe del Legislativo persa ha denunciado la doble moral exhibida por el Occidente ante los derechos humanos.
“Si hubiera ocurrido en Irán un caso algo similar al que ha sucedido en EE.UU. por el trato que ha recibido esta periodista, o en Francia por el trato [del Gobierno] a los manifestantes, habrían alzado la voz para defender los derechos humanos”, ha apostillado.
Lariyani ha catalogado esta conducta como otro ejemplo de la “política mentirosa” que existe en la escena internacional y cubre la violencia de su dominio con declaraciones engañosas.
“Ellos cantan para otros la canción de los derechos humanos y persiguen la misma conducta que sus gobiernos afiliados escogieron en cuanto al caso del periodista Jamal Khashoggi”, ha aducido refiriéndose al disidente saudí que colaboraba con el diario estadounidense Washington Post, y fue asesinado por órdenes de las autoridades saudíes en el consulado de Arabia Saudí en la ciudad turca de Estambul.
Si hubiera ocurrido en Irán un caso algo similar al que ha sucedido en EE.UU. por el trato que ha recibido esta periodista, o en Francia por el trato [del Gobierno] a los manifestantes, habrían alzado la voz para defender los derechos humanos”, ha criticado Ali Lariyani, presidente de la Asamblea Consultiva Islámica de Irán (Mayles), ante el silencio de los países occidentales, supuestos adalides de los derechos humanos, tras la detención sin cargos de la presentadora de Press TV Marzie Hashemi.
La Policía estadounidense arrestó el 13 de enero a Hashemi en el Aeropuerto Internacional de Saint Louis-Lambert, en la ciudad de San Luis (estado de Misuri), sin que hasta ahora se hayan presentado cargos formales en su contra.
Desde su detención, Hashemi ha sido sometida a tratos inhumanos, que han incluido encadenarla de pies y manos, obligarla a despojarse del velo islámico (hiyab) y ofrecerle solo pan y carne de cerdo, esta última prohibida por su religión.
Casi una semana después de su arresto, una corte federal de EE.UU. confirmó el viernes que la presentadora estaba privada de libertad, bajo el argumento de ser “testigo material, en una investigación federal indeterminada”.
Redes sociales como Twitter se han llenado de peticiones a favor de la liberación de la detenida, con las etiquetas #FreeMarziehHashemi y #Pray4MarziehHashemi.
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