En un artículo publicado el sábado en los diarios El País (español) y La Repubblica (italiano), el jefe de la Diplomacia iraní ha pedido un papel más activo y positivo de los Estados europeos para hallar soluciones políticas a las crisis que atraviesan algunos países del Oriente Medio, azotados por la ofensiva terrorista.
La Unión Europea (UE) debe desempeñar un papel positivo en el combate contra las raíces de la violencia estructural y el extremismo, incluidas la pobreza y la desigualdad económica, en la promoción de los mecanismos de la democracia, en evitar los conflictos violentos y sectarios, y en oponerse a las acciones militares unilaterales (en el Oriente Medio)”, dice el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif.
Para Zarif, la reciente visita a Italia y Francia del presidente iraní, Hasan Rohani, tras la conclusión de la “crisis innecesaria” sobre el programa nuclear iraní, ha abierto un nuevo capítulo de fructífera cooperación entre Irán y Europa en diversos campos, incluidos el económico, el energético, el político e incluso el de seguridad.
Además, la reunión del mandatario persa con el papa Francisco (el 26 de enero de 2016) en el Vaticano “marcó un compromiso mutuo de unir esfuerzos para crear un Mundo Contra la Violencia y el Extremismo (WAVE, en inglés), una iniciativa presentada en septiembre de 2013 por el presidente Rohani a la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU)”.
Con la entrada en vigor del acuerdo nuclear alcanzado en julio de 2015 entre Irán y el Grupo 5+1 (Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania), “que ha puesto fin a 12 años de tensiones innecesarias, ahora es momento de centrarse en asuntos más importantes”, señala el canciller, como la necesidad de afrontar amenazas comunes.
Los países europeos, señala Zarif, deben aprovechar la oportunidad de cooperar con Irán para “librar una lucha activa contra amenazas importantes como el terrorismo, la violencia, el extremismo, el tráfico de drogas y otras similares”.
Además, el ministro persa pide a la Unión Europea (UE) que “desempeñe un papel positivo en el combate contra las raíces de la violencia estructural y el extremismo, incluidas la pobreza y la desigualdad económica, en la promoción de los mecanismos de la democracia, en evitar los conflictos violentos y sectarios, y en oponerse a las acciones militares unilaterales (en el Oriente Medio)”.
El diplomático asegura que “nunca se puede lograr la propia seguridad a expensas de la de los demás. Nadie puede luchar en Irak contra Al-Qaeda y sus hermanos ideológicos, como el denominado Estado Islámico —que ni es un Estado ni es islámico—, mientras ayuda a su expansión en Yemen o en Siria”.
En esta misma línea, ha instado a los países europeos a convencer a sus aliados en el Oriente Medio de aceptar la vía política para solucionar las crisis regionales.
Por último, el jefe de la Diplomacia persa pide a la comunidad internacional, y sobre todo al bloque europeo, que no desperdicie una ocasión única de interactuar y cooperar para destruir las raíces de la violencia y la inestabilidad en el Oriente Medio. “En el mundo interconectado de hoy, la necesidad de una verdadera cooperación en la lucha contra la violencia y el extremismo no es una opción, sino una necesidad inevitable”, sentencia.
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